Últimamente siento afición por la
caligrafía y las
rubricas que la plumilla consigue dibujar; los conocimientos utilizados para ilustrar, esta vez sin el objetivo de crear formas reconocibles, sino simples trazos, dejando tu mano fluir por el papel, dotando esas líneas de la belleza de quien no se rige por normas, sino... por
impulsos.
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